A.R
Un viaje ronda los 10.000 euros por persona y llegan hasta 40 por embarcación. El nuevo negocio de las mafias es más lucrativo que la droga, según explica Francisco Clemente, portavoz del Centro Internacional para la Identificación de Migrantes Desaparecidos. A esto se le suma la facilidad que tienen las embarcaciones para llegar a las costas españolas.
En los últimos días más de cuatro embarcaciones han llegado a las costas de Almería, concretamente a la zonas entre el Lance de la Virgen y Guainos en Adra. Y parece que esto no ha hecho más que empezar. Día tras días los vecinos de la zona avistan la llegada de numerosos inmigrantes a plena luz del día ante la falta de medios de las fuerzas del orden.
La particularidad de estas últimas llegadas es que antes las mafias dejaban a su suerte a los inmigrantes en embarcaciones que en algunos casos se hundían en el mediterráneo, pero ahora usan las conocidas narcolanchas. Embarcaciones mucho más veloces que las anteriores y que en cuestión de horas cruzan el mar hasta las costas españolas. Ahora trasportan personas por lo que evitan la persecución de Aduanas y la Guardia Civil, que no les intercepta por seguridad.
Las llegadas suelen ser a primera hora de la mañana, apuntan algunos testigos de las zonas calientes, y tras el desembarco los inmigrantes campan a sus anchas por las calles ante la atenta mirada de los vecinos. «Cuando son interceptados por la Policía Nacional y la Guardia Civil se les traslada hasta el Centro de Atención Temporal a Extranjeros (CATE) de Almería donde después de tres días queda libres con un papel de expulsión que no se cumple por motivos políticos», apunta Clemente. Esto viene repitiéndose en las últimas semanas y siempre con el mismo modus operandi.
Hace unos días este medio ya informó de la llegada de tres narcolanchas con al rededor de cien personas y en la que un hombre falleció por un golpe en la cabeza tras la persecución con la embarcación de la policía marroquí. La oscura mafia del tráfico de personas parece haber tomado fuerza con las últimas llegadas a la costa de Adra. Un negocio más lucrativo que la droga y con mucho menos peligro para los traficantes. Eso sí, en juego están las vidas de muchas personas que buscan llegar a España a toda costa. Mientras tanto el Ministerio del Interior y las Fuerzas de Seguridad prefieren no pronunciarse al respecto y se limitan a los datos estadísticos.